Ian Gilbert y Alison Peacock defienden un modelo educativo que huya de los estereotipos
*Foto destacada: Ian Gilbert.
Ian Gilbert y Alison Peacock han propuesto nuevos retos a los docentes participantes en la III Jornada de Girona “Educando el talento emprendedor desde la escuela”, invitándoles a apostar por el pensamiento independiente, la educación en la creatividad y la ruptura con los estereotipos y las ideas preconcebidas.
Ian Gilbert, conferenciante y empresario del sector educativo y fundador de la plataforma Independent Thinking, dijo en la charla Entrenar para ser libres, en la que participó Su Majestad el rey Felipe VI, que “el trabajo de un maestro no es enseñar, sino que sus estudiantes aprendan”, partiendo siempre de una pregunta clave: “¿Quiénes somos nosotros para decidir lo que puede o no hacer un niño?”.
Este experto en educación explicó también que hay que plantear los problemas a los jóvenes para que sean ellos quienes busquen la solución y puedan así desarrollar las seis características que, según él, definen a un buen emprendedor: positividad, valentía, determinación, confianza en uno mismo, creatividad y energía pura. Son estas características las que permiten que una persona se atreva a hacer las cosas de manera diferente u opuesta a como se han hecho siempre, y permitan así una evolución de las ideas. Y, por encima de todo, destacó que “si la realidad es cambiante y llena de incertidumbre, ¿por qué educamos a nuestros hijos o estudiantes en la certeza?”.
La experiencia emprendedora se hace un hueco en la escuela
El turno de los docentes para explicar la puesta en práctica del emprendimiento en las aulas llegó durante la presentación de los proyectos de los centros educativos inscritos en el programa. Alrededor de 1500 alumnos y más de 200 profesores han trabajado en más de 120 proyectos de formación emprendedora durante el curso 2015-2016 (podéis consultar los detalles haciendo click aquí).
La coordinadora del programa Educar el talento emprendedor de la FPdGi y directora de la Fundación Trilema, Carmen Pellicer, condujo la sesión en la que los docentes presentaron su trabajo. Pellicer señaló que educar exige mucha generosidad para sembrar en el silencio del aula, y que ahora es el momento de celebrar “que somos buenos profes, capaces de sacar cosas extraordinarias de nuestros alumnos”. Immaculada Castaño, coordinadora de Trilema Emprende, recalcó la importancia de que los alumnos se abran a su entorno y descubran las oportunidades que les rodean y las posibilidades que tienen a su alcance.
La mejor profesión del mundo
Dame Alison Peacock decidió ser maestra porque no le gustaba la escuela. Esta experta en educación define la suya como “la mejor profesión del mundo” y defiende una educación que permita el desarrollo de la creatividad de los niños y niñas. En sintonía con Ian Gilbert, Peacock habló de dar a los estudiantes la oportunidad de aprender, la libertad de sorprendernos, así como de eliminar etiquetas y crear espacios para nuevas preguntas, “que es la clave del emprendimiento”.
A través de multitud de historias y anécdotas vividas en su escuela de Hertfordshire (Reino Unido), Peacock defendió la necesidad del aprendizaje permanente por parte de los maestros y ha definido las tres condiciones fundamentales para la excelencia: la retroalimentación, el conocimiento del contenido pedagógico y el diálogo. Y, sobre todo, recalcó que hay que desarrollar una cultura de las ideas para fomentar el espíritu crítico y el aprendizaje.
Recuperar vocaciones para las escuelas del futuro
La última parte de la jornada la ocupó el debate “Saboreando la educación del futuro”, en el que tres especialistas explicaron sus experiencias. Boris Mir, director del Instituto Escola Les Vinyes; Marjo Kyllönen, impulsora de la llamada “escuela del futuro” en Finlandia; y Pepe Menéndez, director adjunto de la Fundació Jesuïtes Educació, coincidieron en la necesidad de formar al profesorado y permitirle recuperar su vocación inicial, aquella por la que decidieron hacerse docentes.
En el debate, moderado por Carmen Pellicer, los tres coincidieron en hablar del liderazgo colectivo en las escuelas y de desarrollar proyectos educativos que tengan un sentido y estén anclados en la realidad. Un ejemplo sería la creación de un campo de refugiados, que los Jesuitas llevaron a cabo con la ayuda de ACNUR y en el que participaron hasta 300 alumnos y más de 50 familias. “Un alumno callado es una mala praxis”, afirmó Boris Mir; “hay que abandonar el profesorcentrismo”, apuntó Pepe Menéndez; ideas que recuperaron tanto lo que Ian Gilbert como Alison Peacock habían defendido en sus intervenciones de la mañana. El cambio, en definitiva, empieza en las escuelas, rompiendo las normas y los corsés actuales para atreverse a educar de una manera diferente, más enriquecedora, más innovadora, más estimulante, pero sin perder de vista el currículum educativo.
Las clownclusiones de Verónica Macedo pusieron el punto final a la III edición de las Jornadas con un toque de humor.
Alison Peacock durante su conferencia.
Pepe Menéndez, Marjo Kyllönen y Carmen Pellicer escuchando atentos la intervención de Boris Mir.